martes, 22 de diciembre de 2009

El enfado de San Andrés y la peregrinación a Teixido


A todos aquellos que peregrinan (entre los cuales pronto estaré) y al grupo Luar na Lubre, que inspirados por este lugar y por Simon & Garfunkel compusieron la canción Romeiro ao Lonxe.

Sobre los acantilados del mar, mirando hacia el Océano Atlántico, hay en Galicia una pequeña aldea llamada San Andrés de Teixido o Santo André de Teixido, si es que preferís su nombre en gallego. Habitada por unas 47 personas, muchos pensarán: ¿qué puede tener de especial tan pequeño lugar? Pues sin duda, su iglesia.

Conocido ya desde el siglo XII, el templo tiene su origen en un pequeño monasterio que fue custodiado durante un tiempo por la Orden de San Juan de Jerusalén, pasando después a manos de los Andrade de San Sadurniño. El aspecto actual de la iglesia se debe a diversas reformas acomentidas durante el barroco, que también afectaron a su retablo.

Una de las cosas que más llama la atención de este enclave es que, al igual que Santiago de Compostela, recibe una peregrinación un tanto curiosa: los que hasta allí iban tenían y tienen por costumbre tirar una piedra en los túmulos situados a ambos lados del camino dando lugar a los "milladoiros". Estos son montones de piedras que los romeros van dejando cerca de santuarios, cruces de caminos, etc, y que dan lugar a enormes montañas formadas por miles de rocas.

Sin embargo de lo que poca gente se percata es de que en el camino al santuario y en los alrededores del mismo, hay un buen número de animales que parece que se dirigen a él. Esto se debe a una curiosa razón...

Cuentan que hace mucho tiempo el bueno de San Andrés quiso visitar Galicia, pues había oído decir de sus gentes que eran generosas y hospitalarias con todo aquel que llamaba a su puerta. Decidido a comprobarlo por sí mismo bajó a la tierra y marchó hacia el Finis Terrae.

Anduvo durante días hasta que por fin cruzó la frontera que le introdujo en este hermoso lugar. Aunque estaba maravillado por lo que veía y quería conocerlo más a fondo, se encontraba demasiado cansado para continuar, por lo que se decidió a buscar refugio.

Llamó a muchas puertas y en todas encontró la misma respuesta: las casas ya estaban llenas y era imposible acogerle. Vagó por muchos lugares buscando un lugar en el que dormir pero no lo encontró... Intrigado, decidió conocer por qué no había sitio para él: estaba en la tierra en la que reposaban los restos de uno de sus compañeros, el Apóstol Santiago, y por ese motivo no encontraba ni un miserable refugio...

Sin darse cuenta, había llegado en su búsqueda hasta una pequeña aldea situada cerca del Océano Atlántico. También intentó dormir allí, y una vez más le denegaron el asilo. Esa negativa hizo explotar su cólera y tan grande fue que hasta el mismísimo Dios se enteró de ella.

Cuando le preguntó la razón del enfado y San Andrés se la explicó, el Señor decidió concederle una gracia: él también tendría una peregrinación, y todos aquellos que no la pudieran hacer en vida, la harían en la muerte reencarnados en forma de animales.

Ese es el por qué de que haya tantos animales cerca del santuario, y también el por qué no se puede matar a los animales que van hacia Galicia acompañando a los peregrinos a Santiago: son los romeros que van a ver a San Andrés hasta Teixido. Como bien dice un viejo refrán gallego
a San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo.

1 comentario:

  1. quizás me pienso hacer la peregrinación este verano, tendré que hacerla como vaca

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