Antes de comenzar a narrar quiero dar las gracias a Sandra, a Cris y a Dani por ayudarme a crear este blog y a darle forma. GRACIAS A LOS TRES!!! También quiero agradecer a mi hermano Carlos el que me haya echado un cable con esta primera leyenda. GRACIAS CHARLIE!!!
Y sin más dilación comienzo mi narración:
Se cuenta que hacia el año 813, un ermitaño de nombre Pelayo observó un extraño acontecimiento: todas las noches, una lluvia de estrellas se dirigía desde el pico Sacro hasta el bosque de Libredón. Maravillado por este hecho, decidió alertar a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, quien fue a comprobar la veracidad de lo que allí ocurría.
Tras admirarlo con sus propios ojos, Este lo interpretó como una señal del cielo; y acordó junto a un grupo de varios hombres seguir el recorrido del fenómeno. Cuando llegaron a Libredón, descubrieron tres sepulturas: la más grande correspondía a Santiago y las dos más pequeñas a sus discípulos Teodoro y Atanasio.
Días más tarde la noticia llegó a oídos del rey Alfonso II de León, que marchó a ver las tumbas. El monarca mandó construir en aquel lugar un pequeño templo dedicado al Apóstol, que con el tiempo se convertiría en uno de los centros de peregrinaje más importantes del mundo, pero eso es otra historia que más tarde o más temprano será contada...
Y sin más dilación comienzo mi narración:
Se cuenta que hacia el año 813, un ermitaño de nombre Pelayo observó un extraño acontecimiento: todas las noches, una lluvia de estrellas se dirigía desde el pico Sacro hasta el bosque de Libredón. Maravillado por este hecho, decidió alertar a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, quien fue a comprobar la veracidad de lo que allí ocurría.
Tras admirarlo con sus propios ojos, Este lo interpretó como una señal del cielo; y acordó junto a un grupo de varios hombres seguir el recorrido del fenómeno. Cuando llegaron a Libredón, descubrieron tres sepulturas: la más grande correspondía a Santiago y las dos más pequeñas a sus discípulos Teodoro y Atanasio.
Días más tarde la noticia llegó a oídos del rey Alfonso II de León, que marchó a ver las tumbas. El monarca mandó construir en aquel lugar un pequeño templo dedicado al Apóstol, que con el tiempo se convertiría en uno de los centros de peregrinaje más importantes del mundo, pero eso es otra historia que más tarde o más temprano será contada...
Precioso relato, a la espera de la segunda parte estoy. Besicos
ResponderEliminarNada mi amol!!!! Coincido con Clio, este patito tiene ganas de más historias para no dormir
ResponderEliminarOye, creo que deberías cambiar la letra, porque hay palabras que no se leen bien.
ResponderEliminarPero por lo demas esta genial!!
Me ha sido de gran ayuda su blog, ya que no conseguía esta información tan clara en ninguna otra página web. ¡Muchísimas gracias!
ResponderEliminar