A Sandra, futura medievalista que tarde o temprano revolucionará el departamento. También a Nereida y a mi hermano Carlos, por ayudarme con la historia.
Si alguna vez vais a Huesca y tenéis ocasión, visitad el ayuntamiento. Allí se encuentra un cuadro en el que se cuenta uno de los hechos más singulares del Reino de Aragón...
1134. Alfonso I "el Batallador" muere sin descendencia dejando en su testamento el reino a las órdenes militares. Angustiados por las posibles consecuencias que el cumplimiento del mismo pudiera tener, los nobles eligieron como nuevo monarca a Ramiro, hermano del rey, que desde niño fue preparado para la vida monacal. Por esa razón fue llamado "el Monje".
La nobleza pronto comprobó la debilidad de su rey y se sublevó. Ramiro sin saber qué hacer, decidió mandar a un mensajero al monasterio en el que había sido monje: San Ponce de Tomeras. Cuando este llegó le explicó la situación al abad, que sin decir palabra salió al huerto y empezó a cortar las coles más altas. Luego le ordenó volver con su monarca y contarle lo que había visto.
Tiempo después, Ramiro II convocó cortes en Huesca, con el pretexto de que iba a construir una campana que se oiría a lo largo y ancho del reino. Uno a uno, los nobles fueron pasando a la sala y conforme entraban, un verdugo les cortaba la cabeza. El último fue el obispo de la ciudad.
Cuando terminó con ellos, dejó pasar al resto que se encontraron con una sangrienta escena: el rey había colocado las cabezas de los nobles en el suelo formando un círculo, y la del obispo del techo a modo de badajo. Después de este acontecimiento las revueltas cesaron.
Los habitantes de la ciudad dicen que una de las salas del museo provincial, que llaman de la Campana de Huesca, fue el escenario de este macabro acontecimiento...